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Lugar: Argentina

martes, 21 de julio de 2020


El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.
Pierde algo cada día.
Acepta la angustia de las llaves perdidas,
de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Perdí el reloj de mi madre.
Y mira, se me fue la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades.
Y aun más: algunos reinos que tenía,
dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto que amo) no habré mentido.
Es indudable que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre. 

Elizabeth Bishop (1911-1979)


sábado, 18 de julio de 2020


Lo siento, pero no quiero ser emperador. Ése no es mi oficio. No quiero gobernar ni conquistar a nadie. Sino ayudar a todos si fuera posible, judíos y gentiles, blancos o negros.
Tenemos que ayudarnos unos a otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos. La buena tierra es rica, y puede alimentar a todos los seres.
El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia la miseria y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado nosotros. El maquinismo que crea abundancia nos dejan en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas necesitamos humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades, la vida será violenta, se perderá todo.
Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros. Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo,a millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes.
A los que puedan oírme les digo: No desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el progreso humano. El odio de los hombres pasará, y caerán los dictadores y el poder que le quitaron al pueblo se le reintegrará al pueblo. Y así, mientras el hombre exista, la libertad no perecerá.
¡Soldados! No os rindáis a esos hombres que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen lo que tenéis que hacer, que pensar y que sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como a carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombre máquinas, con cerebros y corazones de máquinas. ¡Vosotros no sois máquinas! ¡No sois ganado! ¡Sois hombres! ¡Lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! ¡No el odio! Sólo los que no aman odian, los que no aman y los inhumanos. ¡Soldados, no luchéis por la esclavitud, sino por la libertad!
En el capítulo 17 de San Lucas se lee: “El Reino de Dios está dentro del hombre”. No de un hombre ni de un grupo de hombres sino de todos los hombres. ¡En vosotros! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad. Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer esta vida libre y hermosa, de convertirla en una maravillosa aventura.
En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble, que garantice a los hombres trabajo, y de a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Con la promesa de esas cosas, las fieras alcanzaron el poder. Pero mintieron, no han cumplido sus promesas, ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer nosotros realidad lo prometido. Todos a luchar para libertar al mundo, para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón. Un mundo donde la ciencia y donde el progreso nos conduzca a todos a la felicidad.
¡Soldados, en nombre de la democracia, debemos unirnos todos!

Discurso de Charles Chaplin en El Gran Dictador 1940


#AMIA26años #Memoria #Justicia

sábado, 11 de julio de 2020


" El capitalismo de vigilancia es una creación humana. Vive en la historia, no en la inevitabilidad tecnológica. Fue pionera y elaborada a través de prueba y error en Google de la misma manera que Ford Motor Company descubrió la nueva economía de la producción en masa o General Motors descubrió la lógica del capitalismo gerencial.

Se inventó alrededor de 2001 como la solución a la emergencia financiera en los dientes de la crisis de las puntocom cuando la empresa incipiente se enfrentó a la pérdida de la confianza de los inversores. A medida que aumentaba la presión de los inversores, los líderes de Google abandonaron su antipatía declarada hacia la publicidad. En su lugar, decidieron aumentar los ingresos publicitarios mediante el uso de su acceso exclusivo a los registros de datos de los usuarios (una vez conocidos como "escape de datos") en combinación con sus capacidades analíticas y su poder de cálculo, que ya son sustanciales, para generar predicciones de las tasas de clics de los usuarios, tomadas como señal de relevancia de un anuncio.

 Operativamente, esto significaba que Google reutilizaría su creciente caché de datos de comportamiento, ahora puesto a trabajar como un excedente de datos de comportamiento, y desarrollaría métodos para buscar agresivamente nuevas fuentes de este excedente. La compañía desarrolló nuevos métodos de captura secreta de excedentes que podrían descubrir datos que los usuarios optaron intencionalmente por mantener en privado, así como inferir información personal extensa que los usuarios no proporcionaron o no proporcionaron. Y este excedente se analizaría en busca de significados ocultos que pudieran predecir el comportamiento del clic. Los datos excedentes se convirtieron en la base de nuevas predicciones que los mercados llamaron publicidad dirigida.

 El capitalismo de vigilancia no se limita más a la publicidad que la producción en masa a la fabricación del Ford Modelo T. Rápidamente se convirtió en el modelo predeterminado para la acumulación de capital en Silicon Valley, adoptado por casi todas las startups y aplicaciones. Y fue una ejecutiva de Google: Sheryl Sandberg- quien desempeñó el papel de la tifoidea Mary, llevando el capitalismo de vigilancia de Google a Facebook, cuando se inscribió como la número dos de Mark Zuckerberg en 2008. Por ahora, ya no está restringido a empresas individuales o incluso al sector de Internet. Se ha extendido a una amplia gama de productos, servicios y sectores económicos, incluidos seguros, comercio minorista, atención médica, finanzas, entretenimiento, educación, transporte y más, dando lugar a ecosistemas completamente nuevos de proveedores, productores, clientes, creadores de mercado y jugadores del mercado

Casi todos los productos o servicios que comienzan con la palabra "inteligente" o "personalizado", cada dispositivo con acceso a Internet, cada "asistente digital", es simplemente una interfaz de la cadena de suministro para el flujo sin obstrucciones de datos de comportamiento en su camino para predecir nuestro futuros en una economía de vigilancia. "

 El capitalismo de vigilancia




" Las empresas tecnológicas quieren controlar cada aspecto de lo que hacemos, con fines de lucro. Un libro audaz e importante identifica nuestra nueva era de capitalismo ...
Para Zuboff, esta fuerza temible no es simplemente una expresión más alta del capitalismo, sino una perversión del mismo, y aunque algunos podrían considerar eso como una súplica especial, ella se esfuerza por aclarar dónde difiere de las formas más equitativas y mutuamente beneficiosas. Como consecuencia de colocar su análisis dentro de la teoría económica y una historia más amplia tanto del capitalismo como del totalitarismo, introduce una serie de términos útiles en la discusión que hacen mucho para avanzar. Gran parte del debate sobre Google, Facebook y sus semejantes, por ejemplo, se ha enmarcado en términos de privacidad, como un mero control sobre la información sobre uno mismo, y si bien muchos de estos argumentos son venerables y están bien articulados, también han sido mayormente perdido. Parece que las personas están muy dispuestas a renunciar a su información privada a cambio de beneficios percibidos como la facilidad de uso,navegación y acceso a amigos e información. Zuboff reformula la conversación sobre privacidad como una sobre “derechos de decisión”: la agencia que podemos afirmar activamente sobre nuestro propio futuro, que es usurpada fundamentalmente por sistemas predictivos basados ​​en datos. "

 "Si bien el modus operandi general de Google , Facebook y otros han sido conocidos y entendidos (al menos por algunas personas) por un tiempo, lo que faltaba, y lo que ofrece Zuboff, es la visión y la erudición para ubicarlos en un contexto más amplio. Ella señala que, si bien la mayoría de nosotros cree que estamos lidiando simplemente con la inescrutabilidad algorítmica, de hecho, lo que nos enfrenta es la última fase en la larga evolución del capitalismo: desde la fabricación de productos, a la producción en masa, al capitalismo gerencial, a los servicios, a capitalismo financiero, y ahora a la explotación de predicciones conductuales encubiertas derivadas de la vigilancia de los usuarios. En ese sentido, su vasto libro (660 páginas) es una continuación de una tradición que incluye a Adam Smith, Max Weber, Karl Polanyi y, me atrevo a decirlo, Karl Marx."


The Age of Surveillance Capitalism por Shoshana Zuboff review - somos los peones





martes, 7 de julio de 2020


“SU MAJESTAD EL BEBÉ”

En su texto de “Introducción al narcisismo” de 1914, Sigmund Freud utilizó la frase “His majesty the baby”, cuya traducción es “su majestad el bebé”, para referirse a los niños que eran criados con excesivo cuidado, de manera que estos no estén sometidos a las peripecias que pasaron los padres. ¡Nada ha de faltarles! ¡Nada deberá hacerlos sufrir! ¿De qué se trata este golpe de estado que ha subsumido a una familia entera a la voluntad de un niño?
El padre ha muerto, la ciencia lo ha matado
La revolución industrial nos trajo comodidad, tecnología y saber. Antes de ella, la agricultura era la actividad de trabajo más grande y los ciclos del cielo ordenaban la vida: uno se despertaba con el sol y se dormía con la obscuridad, las estaciones decían cuándo se cosechaba y cuándo se sembraba. La llegada de las máquinas trastocaron los horarios, porque ellas no necesitan ni dormir ni aprender. Mientras un bebé se demora 2 años en caminar, 5 años en entender conceptos abstractos y 25 años en consolidar una carrera para empezar a trabajar, una máquina nueva hace cosas extraordinarias a penas la enciendes. De a pocos fuimos sustituyendo a nuestro padre, que todo lo sabía, por Google que todo lo sabe.
Los objetos de la técnica inundaron el mercado y lo que compramos hoy es obsoleto mañana. Ni el sol ni el cielo tienen más relevancia sobre el tiempo; pero el iPhone sí y ya es tiempo de cambiarlo, las bebidas energizantes nos hacen olvidar que es hora de dormir, y el internet reduce las millas marítimas a cero.

El mercado también tiene como objetivo a los niños. Han leído en la sociedad lo mismo que Freud dijo en 1914: un padre no querrá que nada le haga falta a su hijo. Y como el saber científico ha desplazado al padre, nadie sabe más de tu hijo que la ciencia, o al menos eso es lo que se nos dice desde la educación, desde la televisión, desde las revistas… Y “no se les pega a los hijos porque se los puede hacer criminales, no se les grita a los hijos porque les puedes causar un trauma, no se les dice ‘no’ a los hijos porque los frustras”. Así que ahora hay una gran industria de libros de “Cómo ser padres”. Y como el mercado sabe muy bien que ahora el padre ya no tiene el mismo lugar que antes, les vende cosas a los niños, quienes van corriendo donde sus padres a hacer berrinche hasta que les compren lo que quieren. Son niños hipermodernos e hiperactivos también.
La aceleración con la que el mundo cambia, ha acelerado también los cuerpos de los niños, que no encuentran mayor tranquilidad en los gritos de los padres. Estos padres, tupidos de impotencia, golpean, jalan y tiran de esos cuerpecitos agitados; pero como nada se logra con eso, los llevan con especialistas, quienes ante el niño-huracán, solo saben medicar.

¡También hay que hacerlo hipercompetente! ¡Porque así lo exige el mercado! Saliendo del colegio a clases de guitarra, de matemática, de inglés. Luego hay que hacer las tareas y a dormir porque mañana le espera otro día parecido. La dinámica familiar empieza a girar en torno a las actividades del niño y la pareja no tiene más tiempo para encontrarse ¡Nada más importante que el hijo!
Nueva-vieja paternidad

Los padres han renunciado a serlo, se han desautorizado en nombre del saber científico en vez de autorizarse en nombre del padre, y no me refiero a Dios; sino a su propio padre, quizá nosotros también hemos desautorizado a nuestros padres como tales.

La solución no es “todo pasado fue mejor” o volver a fundamentalismos. Apostemos por la invención de una forma singular de relacionarnos con nuestros hijos, que acoja lo más íntimo del niño, que lo nombre diferente, que lo nombre como solo su padre lo podría nombrar. Un hijo es diferente a su padre y eso es lo más difícil de tolerar porque como dijo Freud “el narcisismo del padre encuentra refugio en el niño” y uno lo quiere hacer a imagen y semejanza. No hay nada más amoroso que tolerar la diferencia del otro y nada más violento que querer aplacarla. Un hijo es diferente a su padre.


Por: Zindy Valencia Sotomayor (Publicado en semanario Vistaprevia)