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Lugar: Argentina

miércoles, 24 de enero de 2018


Huyen de mí los que una vez me buscaron
 Con los pies descalzos, rondando mi cuarto.
 Los he visto amables, dóciles y mansos
 A quienes hoy son fieros y ya olvidaron
 Que una vez ellos mismos peligraron
 Por tomar pan de mi mano; hoy merodean
 Rebuscando afanosos, en variedad eterna.
 Había sido distinto, por fortuna,
 Más de veinte veces, y en especial una:
 Con fino vestido y hermosa apariencia
 De los hombros cayó su vestimenta;
 Me tomó entre sus brazos, largos y etéreos,
 Y al tiempo me besó, muy dulcemente,
 Susurrando, “Amor mío, ¿os apetece?”.
 Estaba despierto, no fue una ilusión.
 Mas todo ha tornado, por mi nobleza,
 En una extraña forma de traición;
 La he dejado ir, con su gentileza,
 Y buen uso haga de su ligereza.
 Mas puesto que tan bien tratado he sido,
 Quisiera saber lo que ella ha recibido.

 Sir Thomas Wyatt

lunes, 15 de enero de 2018

Annus mirabilis



Se cumplen cien años de la publicación, de Ulises la novela del escritor irlandés James Joyce sigue despertando pasiones encontradas y sumando nuevas traducciones. Joyce (Dublín, 1882-Zúrich, 1941), un fanático de las listas y los inventarios que anotaba frases escuchadas al azar para incorporarlas en sus páginas, no era un genio inocente al que le salieran obras maestras porque sí.

La escritura de Ulises le llevó por lo menos ocho años y tres ciudades de residencia (Trieste, Zúrich y París). En un principio era un cuento que pensaba incorporar a Dublineses(1914), su primer y único volumen de relatos, pero pronto la narración fue ramificándose monstruosamente.

La historia de un día en la vida de Leopold Bloom, un hombre común, resultaba el atajo ideal para reconstruir de manera obsesiva la ciudad que el mismo Joyce había abandonado a los veinte años, volverla universal con un sinfín de guiños y alusiones y, al mismo tiempo, dar vía libre a múltiples modos de narrar. Joyce le confesó a uno de sus jóvenes colaboradores -como cuenta su biógrafo Richard Ellman- que había metido tantos enigmas y rompecabezas en la novela que iba a mantener ocupados a los profesores durante siglos.

Ese era, agregó, su principal pasaporte a la inmortalidad. Más allá del alarde, el escritor irlandés también quería cosechar, de todas maneras, un poco de gloria en vida. Aunque la novela tuvo inmediata repercusión, y él fue considerado un genio inmediato, nadie parecía dar críticamente en el clavo; Joyce le pidió a T. S. Eliot que escribiera un gran artículo y más tarde, para acelerar la tarea, permitió que a manos de su confidente Stuart Gilbert llegara un útil esquema explicativo de su puño y letra. El estudio del crítico sobre Ulises, publicado en 1930, fue clave para todos los estudios joyceanos por venir

 Un clásico más vivo que nunca

lunes, 1 de enero de 2018



Noveno círculo: Para los traidores, esta vez, contra los que confían. Antes de llegar a él, hay un pozo rodeado de gigantes, masas brutales e inertes que son sepultados en la tierra, confundidas con torres. Dentro de él hay un pozo de cuatro zonas distintas oprimidas por hielos gruesos, en él se encuentra el constructor de la Torre de Babel que impidió al mundo hablar la misma lengua. En el centro de la Tierra, entre hielos que envuelven las sombras, esta Lucifer con medio cuerpo fuera de la superficie glacial, masticando a Judas como juguete de plástico.
 Primera zona: La Caina, después de Caín, que mató primero a su hermano Abel, de hecho, aquí están los traidores castigados familiares, sumergidos en hielo hasta que la cabeza con la cara hacia abajo.
 Segunda zona: Antenora, lleva el nombre del troyano Antenor que traicionó a su ciudad: aquí están, de hecho, los traidores y el partido se sumergió en el hielo con la cara hacia arriba.
 Tercera zona: Tolomea lleva el nombre del rey egipcio Tolomeo que traicionó a los huéspedes Sexto Pompeyo. Los traidores de los invitados, sumergidos en el hielo con la cabeza echada hacia atrás, para que congele las lágrimas en los ojos, evitando dar rienda suelta a la pena en lágrimas.
 Cuarta zona: Giudecca, llamado Judas Iscariote, que traicionó a Jesús, benefactor de la humanidad. Aquí se hallan los traidores de los benefactores, plenamente inmersos en el hielo, pero en diferentes posiciones.


Los 9 círculos del infierno de Dante