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Lugar: Argentina

jueves, 31 de agosto de 2017

Los mapuches no son un pueblo originario de la Argentina .De todos los pueblos aborígenes de la Argentina, los únicos que no pueden argumentar que estaban antes de la llegada de los europeos son los mapuches. Los mapuches no se llamaban así en la antigüedad sino que se denominaban araucos o araucanos, habitaron siempre detrás de la cordillera de los Andes, en lo que hoy se conoce como Chile. Del lado opuesto, hoy territorio argentino, cuando se creó el Virreinato del Río de la Plata en 1776, no había mapuches. Cuando se declaró la Independencia de las provincias Unidas del Río de la Plata en 1816, no había mapuches.

La historia y la antropología coinciden en que el territorio argentino, de San Luis hacia el sur, estaba ocupado por los tehuelches septentrionales (pampas, aoniken) los tehuelches meridionales (pampas, guenaken), los pehuenches en el sur de Mendoza y norte de Neuquén y los tehuelches que habían pasado a la isla de Tierra del Fuego, conocidos como selknam u onas y yaganes. No había araucanos. 

Los llamados actualmente "mapuches", ex araucanos, no tenían relación alguna con la llanura pampeana y la Patagonia argentina, su accionar se circunscribía al otro lado de la cordillera. Los indígenas araucanos eran tradicionalmente muy belicosos. Recordemos que en los primeros tiempos de la conquista española asolaron varias importantes ciudades en Chile que los chilenos tardaron siglos en reconstruir. Históricamente los araucanos se encontraban asentados entre los ríos Itata y Toltén, en Chile, y emparentados lingüísticamente con los grupos indígenas vecinos denominados picunches y huilliches.

Los araucanos presentaron una gran resistencia a la dominación española durante todo el siglo XVI. Entre los 16 grandes caciques araucanos que se enfrentaron a los españoles en el siglo XVI estaban Caupolicán, capturado y muerto en 1558 y otro de sus jefes más famosos fue Lautaro (1534-1557), que capturó y dio muerte a Pedro de Valdivia (1497-1553) junto con sus 50 hombres y unos cuantos miles indios leales a España.

La Guerra de Arauco se prolongó durante toda la primera mitad del siglo XVII hasta la última gran rebelión mapuche en la Capitanía de Chile de diciembre de 1766, o rebelión de Curiñanco, fecha desde la cual las relaciones fronterizas se distendieron y se produjeron importantes transformaciones sociales en el pueblo mapuche, fruto de su expansión hacia las pampas argentinas y la intensificación del comercio entre éstos y los criollos.

Los pehuenches situados del lado argentino de la cordillera de los Andes, hablaban inicialmente una lengua emparentada con la de los tehuelches. En un juicio realizado en Mendoza 1668 por robo de caballos, los indígenas pehuenches que estaban siendo juzgados no hablaban mapuche sino una lengua desconocida que pudo ser entendida por un segundo traductor. En el siglo XIX los pehuenches fueron "araucanizados" y hablaban ya el mapudungun, la lengua de los mapuches, porque eran intermediarios en el comercio entre los araucanos del otro lado de los Andes y los únicos que conocían los pasos cordilleranos y los controlaban hasta que fueron avasallados por los araucanos. Los artículos de comercio que ofrecían los pehuenches eran caballos, ovejas y sal.

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jueves, 10 de agosto de 2017


" El tiempo que funcione el cerebro. Cuando por factores químicos pierda la capacidad de pensar, dejaré dicho en mi testamento biológico que quiero ser ayudada a dejar mi vida con dignidad. Puede pasar mañana o pasado mañana. Eso no es importante. Lo importante es vivir con serenidad, y pensar siempre con el hemisferio izquierdo, no con el derecho. Porque ése lleva a la Shoah, a la tragedia y a la miseria. Y puede suponer la extinción de la especie humana."

 RITA LEVI-MONTALCINI 

lunes, 7 de agosto de 2017


"Ayudarlo a encontrar las pistas que puedan conectar a Sarmiento con la Estatua de la Libertad se vuelve una aventura estimulante, tal vez hacia un naufragio predecible, pero divertido de experimentar. Hay escasas fuentes de consulta y, por inexacta e indulgente, internet sólo consigue enredar unos pocos datos certeros. David insiste, alentado por el vínculo que lo une a la nacion luego de una entrevista con él, en 2012, a propósito de su colección inigualable. Quiere que, desde los Estados Unidos él, desde Buenos Aires nosotros, contagiemos a académicos, descendientes de preclaros próceres y almas caritativas de archivos y bibliotecas la pretendida emoción que podría generar la idea de que, aparte de la birome, el colectivo y el bypass cardíaco, por raciocinio de una de las mentes más adelantadas que tuvo la Argentina, también es nuestra la Estatua de la Libertad."


Sarmiento y un enigma: la Estatua de la Libertad