“Recibí las fotos del ángel. Tembloroso he llorado sobre ellas. He llorado sobre ti, ¡delicia!¡ Qué injusto es aún todo! Te percibo en cada concierto, en cada página de amor que leímos juntos, en el abrazo tibio de esas camisas que me regalaste -para perseguirme en todas las latitudes- y que uso con ansiosa y triste preferencia ¡Cómo olvidarte! ¡Vivo aplastado de recuerdos que me ahogan! ¡Qué será de mi! No de tí ni de mi hijo, ya que nunca tendrán nada que temer. Tú y mi hijo pueden vivir tranquilos mientras yo viva, y aún después de muerto”
“Permanezco soltero y no tengo ni reconozco descendencia natural. Careciendo, en virtud de cuanto dejo expuesto, de herederos forzosos, y pudiendo por lo tanto disponer de mis bienes, intuyo únicas herederas de todo lo que deje a la hora de mi fallecimiento, a doña Ana Luciano Davis (Tania) y a mi hermana legítima Otilia Margarita Discépolo.”
Discépolo
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