" Hoy, mis pies los usa para caminar con su silla de ruedas o su andador, mis manos al cortar su comida, soy su traductora cuando dice que la tele anda mal y no escucha, y sus ojos cuando las lágrimas exceden las palabras. Le presto mi energía y mis reflexiones en voz alta, la aliento a que no se asuste, en tanto, mi propio susto me anuda el alma. Sorteó temas oncológicos y muchos más, desafió leyes teniendo un rostro joven sin arrugas, una profunda mirada de ojos verdes y un cabello entrecano de un color que nadie pudo imitar. Mi mamá tiene 91 años y me habla con sus gestos, con la angustia que le provoca llorar su propia muerte, con un silencio prolongado que habla con la mirada fija, entre dolores interminables y una cama llena de glamour y rosas. Yo le respondo entre sonrisas, cuentos e historias que salen de la galera para disfrazarle una mueca que significa que está atenta y sigue siendo presencia, agradecida a mi entrega. Mi rol de hija, hoy es de mamá de mi mamá, cuando la vida sigue enseñando que se puede brindar por su cumple, en medio de la gran pena de no saber qué deja ese día ... sólo puedo pensar en que cada uno de mis amigos y de mis invisibles me están dando las alas para contener y las raíces para sostener. A todos, gracias, por estar cerquita como cada uno puede. Esto hace el amor, la integridad en un instante en que puede sucumbir mi historia y tener vacíos completos de evocaciones. La mujer que habita en mí sigue siendo sabia y sostiene la mano, la niña que me abarca sigue muy asustada por esto que hoy es todo. Entre ambas, la vida me sigue enseñando que la eternidad dura un instante y es para siempre "
"Hoy soy la mamá de mi mamá"
"Hoy soy la mamá de mi mamá"
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