" El comunismo nunca fue una utopía. Además, se lo acusa tanto de utopía como de realidad bárbara y sangrienta. ¡Hay que elegir! En realidad, el comunismo es una idea, yo lo propongo como hipótesis. Que la Tierra es redonda es algo que hay que demostrar en la experiencia. Si se formula una hipótesis sobre un teorema matemático o sobre una teoría física, puede tomar tiempo, un siglo o dos, para demostrarla o desecharla. No es una utopía. Por razones precisas, el mundo social tal como está organizado nos parece irracional, y pensamos que es posible racionalizarlo un poco, volverlo más justo y, para hacerlo, hay que experimentar esto o lo otro. Tendremos experiencias que fracasarán, otras que tendrán poco éxito, y luego, quizá, se encontrará una vía para que resulte. Ciertas experiencias hechas sobre un factor tan radical como la organización de la sociedad fracasan. Pero sabemos que la historia de las ciencias está llena de experiencias no exitosas y rectificaciones. Y la historia del comunismo es esa a lo largo del siglo XX. No porque sea una utopía, sino porque es un problema difícil."
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