Ya no corremos detrás de nuestros sueños: ellos son los que corren detrás de nosotros.
La pandemia aumentó nuestro estrés y nuestra ansiedad; y, por los tanto, nuestro modo de soñar. La vida se ha vuelto más intensa y tenemos sueños más claros. En la pandemia nos encontramos soñando con más viveza, con más fuerza, con sueños más fáciles de recordar.
Es en este trabajo del sueño -explica el periodista español Albert Sanchis- donde “se fortalecen los recuerdos emocionales, se los almacena de forma segura y también se nos ayuda a atenuar nuestras reacciones emocionales posteriores a esos eventos.” Esos sueños amenazantes, paradójicamente, están ahí para protegernos....sigue
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio