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Lugar: Argentina

martes, 13 de noviembre de 2018


" Para muchos, lo que voy a contar será un caso de salvajismo o de una sociedad primitiva y cruel; para otros, una muestra sagrada de realismo demográfico, sensatez y dignidad. En 1958 (tenía 17 años), vi La balada de Narayama, una formidable película japonesa dirigida por el gran maestro Keisuke Kinoshita. Me impresionó tanto que, sesenta años después, a pesar de que mi memoria se ha acostumbrado a vacilar, la recuerdo casi por completo.

Hubo una versión posterior de La balada de Narayama, de 1983, dirigida por Shoei Imamura, que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes. Ambos films se basan en la novela homónima de Schihiro Fukuzawa, de 1956. La de Kinoshita es, a mi parecer, mucho más fiel al original literario y de una calidad superior a la de Imamura, bastante efectista, aunque buena.

La acción se desarrolla en una rudimentaria comunidad agraria de fines del siglo XVIII o principios del XIX, al pie del monte Narayama. Esa región, aislada del resto del mundo, es muy pobre. Lo que sus aldeanos cultivan, pescan y cazan apenas si les basta para subsistir. Por eso, rige en ella el ubasute japonés, una costumbre o mandato religioso de la Edad Media (para algunos, es una leyenda).

Consistía en el abandono de una anciana o anciano que hubiera llegado a los setenta años en lo alto de una montaña. El hijo mayor u otro pariente varón debía cargarla sobre la espalda durante la escalada hacia la cima. No se debía engendrar un niño en una familia hasta que no se consumara un ubasate. Eso permitía que la población no creciera y que la comida alcanzara para todos los campesinos. Si uno de ellos se acercaba a los setenta años, estuviera sano o decrépito, se lo llevaba al escarpado paraíso para que muriera de hambre o de frío en soledad. Allí lo acogería el dios de Narayama. Los ancianos que se sacrificaban por las futuras generaciones con actitud generosa y digna recibían en la alta meseta una señal de divina complacencia: una dulce y letal nevada los adormecía.

En La balada de Narayama, la anciana madre y abuela, Orin, va a cumplir setenta años en perfecto estado de salud. Trabaja como una joven, transmite su saber y conserva toda su dentadura, lo que la avergüenza porque su aspecto va contra el orden sagrado de las cosas. Anhela la muerte, a pesar de que todos la quieren. Su hijo, Tatshuei, se niega a subirla a la montaña. Ella se da los dientes contra una roca. Finalmente, Tatshuei sigue el ritual, carga a Orin sobre sus hombros y asciende por la cuesta. Llegan al alto destino sembrado de esqueletos. Madre e hijo se despiden. Tatshuei emprende el apesadumbrado descenso. De pronto, comienza a nevar. Tatshuei grita alborozado: "¡Madre, tenías razón".

 ¿Alguien, de verdad, puede pensar que es salvaje una preparación para la muerte tan ritualizada, rebosante de emoción y sentido (el hijo que carga con su madre, será cargado por su hijo)? Pensemos en la época actual y la crisis mundial desatada por el aumento de adultos casi centenarios, la falta de empleos para jóvenes y la disminución de ingresos que afecta a quienes están retirados y dependen de jubilaciones o pensiones derivadas de los aportes de la cada vez más escasa población activa.

Pensemos en los numerosos zombies del Hollywood actual tan temibles y parecidos a quienes, la identidad perdida, se sobreviven en geriátricos. Recuerdo el título de una novela de Horace McCoy: ¿Acaso no matan a los caballos? Faltaría agregar: "por humana piedad". De haber vivido en Narayama, me habría preparado durante toda mi existencia para ser generoso con quienes me sucedieran, cederles el lugar y enfrentar el final con el respeto y la serenidad a ellos debidas: la dignidad de los límites. Hace siete años que estaría muerto."



La balada de Narayama


sábado, 27 de octubre de 2018

"Al mismo tiempo, en cualquier parte del planeta, todos pueden sentir el mismo terror, la misma preocupación por el futuro o experimentar el mismo pánico. ¡Todavía es increíble! Pasamos de la estandarización de las opiniones -fue posible gracias a la libertad de prensa- a la sincronización de las emociones (...) Nuestras sociedades vivían en una comunidad de interés, ahora viven un comunismo de afectos "

 "La ciudad no es un lugar. Es la expulsión de todos los lugares a la cuarta dimensión. Y ésta, en nuestro mundo, se agota y desgasta en la instantaneidad de la información. El pasado es arrasado y el futuro anulado. Sólo subsisten accidentes (nunca sustancias ni sujetos). Lo real es una sucesión de instantáneas que gravitan en el agujero negro del horror"

" Para mí la democracia es el tiempo de la reflexión en común y no el reflejo condicionado que supone el sondeo de opinión. Las tecnologías de la interactividad nos conducen a una democracia interactiva cibernética que no será más representativa sino presentativa, que ya no será demostrativa sino mostrativa, es decir alucinante como son los medios. Basta mirar las campañas humanitarias o el teletón para imaginar lo que puede ser una democracia que se les parezca.


 Paul Virilio

lunes, 22 de octubre de 2018


Con toda probabilidad, somos una de las últimas generaciones de Homo Sapiens. Dentro de un siglo o dos, el mundo estará dominado por entidades que serán más diferentes de nosotros que lo que nosotros somos diferentes de los neandertales o los chimpancés. Hoy todavía compartimos con los neandertales y los chimpancés la mayoría de nuestras estructuras corporales, habilidades físicas y facultades mentales. No solo nuestras manos, ojos y cerebro son claramente homínidos, sino que también lo son nuestra lujuria, nuestro amor, nuestra ira y nuestros vínculos sociales. Dentro de 200 años, la combinación de la biotecnología y la inteligencia artificial podría dar como resultado rasgos corporales, físicos y mentales que se liberan por completo del molde homínido. Por ejemplo, las interfaces cerebro-computadora podrían dar como resultado cuerpos distribuidos, seres cuyos órganos se extienden ampliamente en el espacio. Algunos creen que la conciencia puede separarse de cualquier estructura orgánica y que pueden navegar libremente por el ciberespacio.



Yuval Harari

domingo, 30 de septiembre de 2018



Ser poeta Es intenso
La vida explota adentro.
Si no la contás en ese momento
Te puede catapultar sin entierro.
Ser poeta Bomba atómica, Sobre tu esqueleto.
Ser poeta Es dejar que la vida te asalte Sin llamar al policia.
Ser poeta Estar despegado y enterado De lo que nadie cuenta.
Ser poeta Salto al vacio y al INDICO.
Ser poeta No se elige, Te toca desprevenido.
Ser poeta Vivir con microclima Entre tules envejecidos.
Ser poeta Full time Aunque te despidan.
Ser poeta Abandonarse Sin pedir rescate.
Ser poeta Encontrarse con otro poeta Antes de suicidarse.
Ser poeta Integrarse o alejarse. Ser poeta Abrirle una caja de ahorro a la lengua.
Ser poeta Inspirarse en lo etérico Descifrarlo.
Ser poeta Es destilar el momento En que los concibieron.
Ser poeta Vivir, sin saltearse nada O integrando todo.
Ser poeta, Como PROMETEO, dar luz, Para siempre.
ludoivica squirru

sábado, 8 de septiembre de 2018



-¿ “Cómo te sentís siendo el único hombre que disfruta trabajando con su esposa?” Una pregunta estúpida. No.

 -Mira, Juan Diego, que es el Al Pacino de España, tiene 70 y pico de años, es uno de mis mentores, ídolos, héroes, muy activista. En la entrega de premios del Sindicato de actores, él dijo “Yo tengo que aprender a sacar el machismo de mí”. Y nosotros, los hombres, debemos hacer eso. Fuimos educados en una sociedad, en una cultura, no sólo en España, muy machista. La desigualdad entre hombres y mujeres, que no haya equidad en los salarios, ni derechos. Ahora ha cambiado. Y creo que es un paso gigante. No es una moda. Y para responder tu pregunta, sí. Tenemos que elaborar nuestras mentes para retrotraer a lo que nos han dicho.

 -¿Notás un cambio en las nuevas generaciones?

 -Las nuevas generaciones, como la de mi hijo, que tiene 7 años, empiezan a ver el mundo con ojos diferentes. Y eso significa ojos iguales, en derechos, en términos de opciones sexuales. Pero realmente, ¿cómo puedo escapar de haber sido educado de esa manera? Porque mis padres se separaron cuando yo era joven, fui criado por una mujer que era o es muy fuerte, de temperamento. Ella era tan doliente y dulce a la vez, y me dijo cómo ser sensitivo, sensible a las cosas que los hombres y mujeres tenemos en común, en lugar de separarnos. Gracias a que fui criado así.


Javier Bardem

domingo, 26 de agosto de 2018

"A veces no necesitamos que alguien nos arregle, a veces, solo necesitamos que alguien nos quiera, mientras nos arreglamos nosotros mismos."


Julio #Cortazar , nacido hoy hace 104 años.


“Para que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda, habrá que esconderla de la conciencia”

"Llega un día en que el miedo, la derrota, la muerte de compañeros queridos hacen que el alma del combatiente se doblegue bajo la necesidad. La guerra deja entonces de ser un juego o un sueño; el guerrero comprende al fin que existe realmente. Es una realidad dura, demasiado dura para ser soportada, pues contiene la muerte. El pensamiento de la muerte no puede ser sostenido, sino por destellos, desde el momento en que se siente que la muerte es, en efecto posible.

El poder encierra una especie de fatalidad que se abate tan implacable sobre los que mandan como sobre los que obedecen; más aún, en la medida en que subyuga a los primeros, se sirve de ellos para aplastar a los segundos. […] Para obtener de los esclavos la obediencia y los sacrificios imprescindibles para un combate victorioso, el poder debe hacerse más opresivo

No hay dominio de sí mismo sin disciplina, y no hay más fuente de disciplina para el hombre que el esfuerzo requerido por los obstáculos interiores. […] Son los obstáculos con los que tropezamos y que debemos vencer los que nos dan la ocasión de superarnos a nosotros mismos."

Simone Weil

domingo, 29 de julio de 2018


¿Le incomoda la falta de pudor y la intimidad compartida públicamente?

 Seguro, sin duda. En ese sentido, no creo que la exhibición de la subjetividad sea de las mejores cualidades que hemos ganado, no creo que sea una libertad que nos haga ineludiblemente mejores. La exhibición desenfrenada de la subjetividad es una especie de provocación. Yo no la practico nunca y no me siento cómoda donde se practica

Beatriz Sarlo

"Los hijos son una decoración extra en la vida de las famosas del show business"


miércoles, 25 de julio de 2018


"Argentina tiene pasiones desaforadas, personajes inflamados en su historia, desacatados, inclasificables, terriblemente molestos, zumbones y trágicos. No nos reconocemos en ellos cuando nos reflejan, preferimos ser más “five o’clock tea”. Pero no somos lo que preferimos. Somos lo que somos. Y nuestros personajes más entrañables nos delatan. Entonces nos peleamos con ellos o por ellos, renegamos o los amamos. Cuando pasa el tiempo, están ahí, discutibles y polémicos. Y pasa más el tiempo y los vamos entendiendo un poco más. Y llega un momento en que, sin darnos cuenta, ya son parte de nuestra historia. Hace 54 años murió Evita."

 pirulodetapa
 pagina12

jueves, 19 de julio de 2018



...Exponente de este siglo, expresión de este momento, su chatura es el “standard” que circula en la babel. Por adentro es un vacío, por afuera un monumento retocado por la moda con un golpe de pincel. Prototipo de mediocre, sin ideal ni sentimiento, y arrastrado por los vientos como un trozo de papel.”


 tango Gato

 Homero Manzi, 1937



sábado, 19 de mayo de 2018

--La Casa Real va a tener su primer casamiento multirracial en Gran Bretaña. Según las reglas de la genética, ¿cómo sería la herencia para el primer hijo del príncipe Harry, que no está en la línea de sucesión para llegar al trono? ¿Sería un bebé blanco, mestizo o negro?

 --Esta es una pregunta con trampa, básicamente porque parte de un prejuicio. Parte de la premisa de decir que uno es mestizo, blanco o negro. Todos somos mestizos. Todos estamos mezclados. Nosotros, los seres humanos, nos creemos muy únicos, que somos distintos del resto. Pero, en el fondo, lo que nosotros tenemos en nuestro ADN lo hemos heredado en un 50% del padre y un 50% de la madre. Al mismo tiempo, nuestros padres han heredado su ADN de sus parentales. Entonces, en promedio, tenemos un 25% de cada abuelo, un dos y medio por ciento de cada bisabuelo y así sucesivamente. En el fondo, nuestro ADN es un puzzle, es un rompecabezas de nuestros ancestros, es nuestra herencia, nuestro legado. Entonces ¿por qué hablamos de negros, mestizos o de blancos?

-¿Qué debemos mirar?

 --Este es sólo uno de los aspectos múltiples que tiene el humano, que es el color de la piel, como también puede ser cómo tenemos el pelo si, es rizado o liso. Es decir, son características muy exteriores. Pero si miramos en el interior, en el ADN, no somos tan distintos. Estamos mirando un grupo de información, pero la información es mucho más amplia que esas características. Cuando miramos a los seres humanos, cuánto más diversos somos, sucede que esta máxima diversidad se encuentra dentro de Africa. Si uno va por fuera de Africa, como puede ser por ejemplo un europeo o caucásico como se llama normalmente y si luego tomamos un asiático, de la zona de Mongolia, por ejemplo, si miramos estrictamente como parecidos, casi que nos parecemos un poquito más. Hay que decir que, en realidad, somos muy iguales todos. Salimos de Africa y ocupamos el mundo. Si decimos que somos blancos o negros es porque nos fijamos en un aspecto. Uno puede decir que es blanco, pero tiene un 5% de su ADN neardental. Esto es muy etéreo, porque el ser humano suele fijarse sólo en la parte externa. Un ejemplo muy cercano puede ser Brasil. Allí externamente puede haber personas de pelo rubio, ojos azules y pareciera que no tienen ningún antecedente africano. Básicamente pareciera que todos sus ancestros provienen de Europa. Pero cuando analizas su ADN se da cuenta que eso no es así. Se pueden establecer orígenes geográficos a partir del ADN y establecer, por ejemplo, que hay ancestros que provienen de Costa de Marfil y una persona puede ser rubia, de tez blanca y ojos claros. Eso quiere decir que esta persona puede tener un bisabuelo- vía materna o paterna o tatarabuela- que pudo haber sido una esclava africana. Todos estamos hechos de pequeños trocitos. Es decir, todos somos mestizos.

Gemma Marfany Nadal 
 genetista

sábado, 12 de mayo de 2018


Qué aprendiste de tus años como periodista cubriendo guerras?

 -Que nos hemos olvidado de que la vida no es estar aquí conversando civilizadamente. La vida es comer, abrigarse, no tener frío, preñar a la hembra o ser preñada por el varón, tener cachorros… Eso implica crueldad. Yo he visto a Andrómaca despedirse de Héctor con el niño en brazos. Y he visto al niño llorar porque Héctor lo besaba con el casco. Y sobre todo, he mirado. Observé que cuando el universo, que es muy hijo de puta, te aplica sus crueles reglas sin piedad, la única forma que hay de afrontarlo es la entereza, la serenidad. Toda mi vida y todo mi trabajo consisten en intentar que mi último tiempo sean serenos.

 Navegas en solitario.

 -A veces sí y a veces no. Pero a menudo en solitario. En el mar descubrí que es el mejor espejo de la vida. El mar no es malo en sí, pero el viento lo convierte en muy malo. Por eso te obliga a una continua vigilia, siempre tienes que estar mirando aquella nube oscura a lo lejos.

 –Una vez me regalaste una especie de bola de cristal. Pertenecía al Titanic. Y me dijiste… -Que cada Titanic tiene su Iceberg.

Creo que siempre hay que tenerlo presento. El mar mata mucho, pero mata sobre todo a los imbéciles.

 -También dijiste una vez que respetas a los hombres que son capaces de incendiar algo, aunque sea en la vida cotidiana.

 -Yo creo que ningún ser humano es completo hasta que no tiene una Troya ardiendo a su espalda, hasta que él mismo no ha sido parte de la trama cruel de lo que es la vida. Somos crueles, egoístas, insolidarios, violentos… Pero si sobrevives a Troya puedes encontrar media docena de palabras que te hacen respetar a los seres humanos ."

 Arturo Pérez Reverte
2012  Feria del Libro de Buenos Aires

martes, 8 de mayo de 2018

Ley de la vida...

“Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre”. Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso. Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar. Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana - todo corredor ahora está lejos. Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda tomar sus medicamentos. Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz. Todo hijo es el padre de la muerte de su padre. Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas. Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres. La primera transformación ocurre en el cuarto de baño. Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera. La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el “destemplamiento de las aguas”. Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores. No podemos dejarlos ningún momento. La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas. Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones. Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación. Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros? Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra. Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte, y pobre del hijo que aparece sólo en el funeral y no se despide un poco cada día. Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos. En el hospital, la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento: Deja que te ayude. Reunió fuerzas y tomó por primera vez a su padre en su regazo. Colocó la cara de su padre contra su pecho. Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil, tembloroso. Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable. Meciendo a su padre de un lado al otro. Acariciando a su padre. Calmando él a su padre. Y decía en voz baja: - ¡Estoy aquí, estoy aquí, papá! “Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí”.


 Carlos Fuentes.

viernes, 4 de mayo de 2018



"Que la maldad puede ser banal ya nos lo explicó Hannah Arendt. Después de asistir al juicio contra Adolf Eichmann en 1961, Arendt escribió que su principal sorpresa fue descubrir lo anodino que era ese monstruoso ser humano. Este oficial de las SS fue uno de los principales organizadores del Holocausto, en el que fueron asesinados más de seis millones de niños, mujeres y hombres. Arendt cuenta que Eichmann no era muy inteligente; no pudo completar los estudios secundarios o la escuela vocacional y solo encontró empleo como vendedor itinerante gracias a los contactos de su familia. Según Arendt, Eichmann se refugiaba en “frases hechas, clichés y el lenguaje oficial”. Uno de los psicólogos que lo examinó reportó que “su única característica inusual era ser más normales sus hábitos y en su lenguaje que el promedio de la gente”.


Nicolás Maduro y la banalidad del mal

lunes, 26 de marzo de 2018


 " 30 años de la muerte de Miguel Abuelo -“el paladín de la libertad”, como lo denominó su biógrafo Juanjo Carmona,- uno de los músicos y poetas argentinos más bellos y enigmáticos. Su partida sumó tristeza a otras pérdidas a finales de los años 80, como las de Federico Moura y Luca Prodan.
Miguel se inscribe como uno de los fundadores del rock nacional a mediados de los 60, pero también como un curioso inconformista que fue reinventándose de manera lúdica toda su vida. Agradezco el momento en el que el periodista Santiago Ramos me hizo escuchar Miguel Abuelo Et Nada, una obra conceptual grabada en Europa en 1973 que los argentinos tardaríamos décadas en conocer y que hoy podemos disfrutar gracias a la magia de Internet.
La revolución creadora de Miguel no tenía patria, podría haber cargado sus armas con la misma intensidad en Buenos Aires, París, Londres o Córdoba. Desde aquí lo reivindicamos, porque su influencia musical y poética les ha quitado el sueño a músicos, literatos y sociólogos tanto locales como de afuera. Los sociólogos y musicólogos radicados en Córdoba, Claudio Díaz y Lucio Carnicer, han estudiado el rol de Miguel Abuelo en los inicios del rock nacional de manera profunda y admirable. Puede leerse de ellos un texto magnífico en la web titulado “El Abuelo, ¿hijo de quién era?”. En el génesis, en los comienzos de los grandes hitos de la historia siempre se han desarrollado mitos, se crearon y se adornaron momentos con ropajes de leyendas. Si bien las culturas occidentales fueron perdiendo progresivamente la capacidad de magia, esa capacidad de asombrarse y de fortalecer los lazos culturales con la vida y con la historia a través del mito, sí existen casos puntuales –más allá de las religiones y de las creencias de los cultos- donde el aura mágica renace y pervive. En el caso del Rock podríamos dar un ejemplo: no se sabe exactamente cómo se dio, ni dónde ni cuándo, lo que sabemos es que fue un proceso, pero es idílicamente poético creer y tener la firmeza de que el Rock nació de las deliradas tertulias entre Bob Dylan y Allen Ginsberg. Esa imagen mítica del joven cantante folk y del enroscado poeta beatnik compartiendo letras y partituras nos da la pauta del comienzo de algo hermoso y glorioso: el Rock como cultura, como una forma de entender el mundo. Los inicios del Rock en Argentina no son tan diferentes, o por lo menos así queremos creerlo. Jóvenes músicos inquietos, insatisfechos, hartos de la moral oscurantista de sus abuelos y padres, influenciados por las vanguardias estéticas y cansados de la opresión política y de los palos de la cana, comenzaron a desarrollar una nueva manera de entender el arte y sus propias vidas. Chicos como Luís Alberto Spinetta, Moris, Tanguito y Javier Martínez fueron parte de la llamada primera generación del rock nacional a finales de los años 60. Ellos crearon rock desde elevados parámetros de composición musicales y poéticos tendiéndole la mano a miles de pibes que los escuchaban atentos. Electricidad, sonidos bucólicos, experimentaciones sonoras y distorsiones se conjugaban con un discurso antibélico, con la idea melancólica de una ciudad gastada y con la añoranza de comerse el mundo mediante la experiencia traída de los libros y de los viajes. En medio de este maremoto cultural e intelectual el poeta y periodista Pipo Lernoud le pasaba sus poesías a un cantante fuera de todo esquema, Miguel Ángel Peralta, más conocido como Miguel Abuelo. El joven cantante, influenciado altamente por la música popular argentina como el tango, la baguala y la vidala, formó Los Abuelos de la Nada, en 1967, inspirado en una frase del libro de Leopoldo Marechal El Banquete de Severo Arcángelo, que decía “padre de los piojos, abuelo de la nada”. Pero Miguel abandonaría la banda en 1969 ya que el joven guitarrista Norberto “Pappo” Napolitano quería dirigir el sonido de la banda hacia el blues. “…A mí no me va el blues, tengo una coctelera en la cabeza que no me banco, y vos me querés meter la cabeza dentro del cajón del blues…”, refunfuñó Miguel Abuelo. En 1970, y luego de participar en el disco Spinettalandia y Sus Amigos, uno de los discos más aleatorios del Flaco, Miguel decidió irse a Europa y alejarse un poco de la música y los palos repartidos por la cana en el gobierno de Onganía. Pero en el viejo continente no pudo despegarse tan fácil de la música. En pareja con la bailarina Krisha Bogdan hacen del viaje europeo un delirio de fiestas y de experimentación con drogas codeándose con otros exiliados y artistas argentinos. En 1972 nace Gato Azul Peralta, hijo de Miguel y de Krisha, mientras ellos intentaban sobrevivir con la música y pegando algunas changas. Pero en 1973 Miguel Abuelo conoció a Moshe Naim, un magnate israelí que había financiado algunas obras de Salvador Dalí, y éste le propuso grabar un disco con una importante producción ejecutiva, así Abuelo se contactó con el guitarrista Daniel Sbarra (futuro guitarrista de Virus) y junto a otros músicos latinoamericanos grabaron, en 1973, Miguel Abuelo Et Nada, el primer disco de esta nueva banda llamada Hijos de Nada. Una gran gira de promoción de la banda se desarrolló por Francia con destino a otros países europeos en 1974, pero por diferencias irreconciliables entre Miguel Abuelo y Daniel Sbarra el grupo se terminó disolviendo. El disco fue editado en 1975. Sin embargo, este álbum es una de las joyas perdidas de nuestro rock. Es una obra compuesta –fíjense ustedes- el mismo año en que se editó The Dark Side of The Moon, de Pink Floyd; eran contemporáneos a los grandes mitos del rock mundial. Miguel Abuelo Et Nada es un disco completamente diverso y está en diálogo constante con los diferentes sonidos de la época. Tiene arrebatos rockeros y riffs con herencia del Black Sabbath o de Led Zeppelín, y muchos matices con sonidos acústicos y bucólicos vinculados a la vida en la naturaleza, bellísimos arreglos corales, de cuerdas y de vientos que marcan una clara tendencia hacia el rock progresivo, coqueteando con algunos brotes psicodélicos y lisérgicos típicos de la sed ácida de esos años. “Tirando piedras al río”, “El largo día de vivir”, “Estoy aquí parado, sentado y acostado”, “El muelle”, “Señor carnicero”, “Sabido Forastero” y “Octavo sendero” son las canciones que reúne Miguel Abuelo Et Nada en esta perla del rock universal, donde la felicidad y la angustia, la fuerza y el dolor, el amor y la tristeza se funden en una poesía descarnada y visceral donde la voz y el alma se elevan en una búsqueda suprema por el valor de la estética en comunión con las ideas más puras. A finales de los años 70, Miguel Abuelo regresa a la Argentina con Gato Azul, su hijo, y con el bajista Cachorro López, con quien formaría la puesta más grandiosa de Los Abuelos de la Nada. Como muchos grandes músicos en los años 80, Miguel falleció infectado de VIH en marzo 1988 dejándonos un legado infinito de bellas canciones pintarrajeadas con la témpera de la insolencia y la insatisfacción. Miguel Abuelo, un loco lindo y una cabeza explosiva."


Salvando el grito de la libertad






miércoles, 24 de enero de 2018


Huyen de mí los que una vez me buscaron
 Con los pies descalzos, rondando mi cuarto.
 Los he visto amables, dóciles y mansos
 A quienes hoy son fieros y ya olvidaron
 Que una vez ellos mismos peligraron
 Por tomar pan de mi mano; hoy merodean
 Rebuscando afanosos, en variedad eterna.
 Había sido distinto, por fortuna,
 Más de veinte veces, y en especial una:
 Con fino vestido y hermosa apariencia
 De los hombros cayó su vestimenta;
 Me tomó entre sus brazos, largos y etéreos,
 Y al tiempo me besó, muy dulcemente,
 Susurrando, “Amor mío, ¿os apetece?”.
 Estaba despierto, no fue una ilusión.
 Mas todo ha tornado, por mi nobleza,
 En una extraña forma de traición;
 La he dejado ir, con su gentileza,
 Y buen uso haga de su ligereza.
 Mas puesto que tan bien tratado he sido,
 Quisiera saber lo que ella ha recibido.

 Sir Thomas Wyatt

lunes, 15 de enero de 2018

Annus mirabilis



Se cumplen cien años de la publicación, de Ulises la novela del escritor irlandés James Joyce sigue despertando pasiones encontradas y sumando nuevas traducciones. Joyce (Dublín, 1882-Zúrich, 1941), un fanático de las listas y los inventarios que anotaba frases escuchadas al azar para incorporarlas en sus páginas, no era un genio inocente al que le salieran obras maestras porque sí.

La escritura de Ulises le llevó por lo menos ocho años y tres ciudades de residencia (Trieste, Zúrich y París). En un principio era un cuento que pensaba incorporar a Dublineses(1914), su primer y único volumen de relatos, pero pronto la narración fue ramificándose monstruosamente.

La historia de un día en la vida de Leopold Bloom, un hombre común, resultaba el atajo ideal para reconstruir de manera obsesiva la ciudad que el mismo Joyce había abandonado a los veinte años, volverla universal con un sinfín de guiños y alusiones y, al mismo tiempo, dar vía libre a múltiples modos de narrar. Joyce le confesó a uno de sus jóvenes colaboradores -como cuenta su biógrafo Richard Ellman- que había metido tantos enigmas y rompecabezas en la novela que iba a mantener ocupados a los profesores durante siglos.

Ese era, agregó, su principal pasaporte a la inmortalidad. Más allá del alarde, el escritor irlandés también quería cosechar, de todas maneras, un poco de gloria en vida. Aunque la novela tuvo inmediata repercusión, y él fue considerado un genio inmediato, nadie parecía dar críticamente en el clavo; Joyce le pidió a T. S. Eliot que escribiera un gran artículo y más tarde, para acelerar la tarea, permitió que a manos de su confidente Stuart Gilbert llegara un útil esquema explicativo de su puño y letra. El estudio del crítico sobre Ulises, publicado en 1930, fue clave para todos los estudios joyceanos por venir

 Un clásico más vivo que nunca

lunes, 1 de enero de 2018



Noveno círculo: Para los traidores, esta vez, contra los que confían. Antes de llegar a él, hay un pozo rodeado de gigantes, masas brutales e inertes que son sepultados en la tierra, confundidas con torres. Dentro de él hay un pozo de cuatro zonas distintas oprimidas por hielos gruesos, en él se encuentra el constructor de la Torre de Babel que impidió al mundo hablar la misma lengua. En el centro de la Tierra, entre hielos que envuelven las sombras, esta Lucifer con medio cuerpo fuera de la superficie glacial, masticando a Judas como juguete de plástico.
 Primera zona: La Caina, después de Caín, que mató primero a su hermano Abel, de hecho, aquí están los traidores castigados familiares, sumergidos en hielo hasta que la cabeza con la cara hacia abajo.
 Segunda zona: Antenora, lleva el nombre del troyano Antenor que traicionó a su ciudad: aquí están, de hecho, los traidores y el partido se sumergió en el hielo con la cara hacia arriba.
 Tercera zona: Tolomea lleva el nombre del rey egipcio Tolomeo que traicionó a los huéspedes Sexto Pompeyo. Los traidores de los invitados, sumergidos en el hielo con la cabeza echada hacia atrás, para que congele las lágrimas en los ojos, evitando dar rienda suelta a la pena en lágrimas.
 Cuarta zona: Giudecca, llamado Judas Iscariote, que traicionó a Jesús, benefactor de la humanidad. Aquí se hallan los traidores de los benefactores, plenamente inmersos en el hielo, pero en diferentes posiciones.


Los 9 círculos del infierno de Dante